Israel y el mundo árabe: ¿realineamiento estratégico?

El ministro de Exteriores Israel Katz en la Cumbre de la ONU sobre el Clima en Abu Dabi Foto: Ministerio de Exteriores vía Facebook

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, impulsó el acuerdo nuclear de 2015 bajo la creencia de que Teherán se integraría dichosamente a la comunidad internacional. Pero la República Islámica aprovechó las enormes sumas de dinero liberadas por el descongelamiento de las sanciones para desarrollar su programa de misiles, muchos de los cuales cuentan con capacidades para portar ojivas nucleares, y para fomentar la guerra a través de sus aliados en los países de la región.

Según los analistas, su estrategia  hacia Israel se basa en los números grandes.  Crear alrededor del Estado judío cientos sino miles de bases con millones de misiles, manejadas por sus aliados o directamente por sus fuerzas. El cálculo para derrotar el sistema de defensa antimisiles israelí es simple: basta que un porcentaje de los proyectiles que apuntan  a Israel alcancen el blanco, para ponerlo de rodillas.

Hamás, que se ve a sí mismo como un movimiento que combina aspectos políticos y militares,  tiene preocupaciones de gobernabilidad y por lo tanto siente algún tipo de responsabilidad hacia la población de Gaza. En cambio, la Jihad Islámica Palestina es una estructura especialmente militarizada. Y dado que recibe armas y financiamiento de Teherán, ya ha anunciado que en el caso de un conflicto entre EE.UU. e Irán no se quedará al margen, eso quiere decir que atacará a Israel.

En el Líbano, Hezbollah habría acumulado alrededor de 150 mil cohetes de distinto tipo, pero solo un puñado de misiles guiados de precisión, según fuentes militares israelíes.

En los medios extranjeros se escucha con cierta frecuencia presuntos ataques en Siria atribuidos a Israel, que tendrían como objetivo desbaratar la transferencia de armas de precisión para Hezbollah en el Líbano, e impedir que Irán y sus milicias aliadas se consoliden militarmente en el territorio sirio.

El último de estos presuntos bombardeos  tuvo la peculiaridad de que un misil de la defensa antiaérea siria, que erró a los aviones de combate israelíes, que habrían lanzado el ataque desde el Mar Mediterráneo, explotó en los cielos del norte de Chipre, despertando en medio de la noche a los habitantes de la isla.

De hecho, la estrategia expansionista iraní ha despertado gran preocupación entre los países árabes del Golfo y su principal aliado, Estados Unidos, que ha reimpuesto duras sanciones contra el programa nuclear y de misiles de Teherán. También abre una inesperada ventana de oportunidades para un realineamiento entre Israel y el mundo árabe, tal como lo subrayó en la conferencia de Herzliya, Yossi Cohen, el jefe del Mossad.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.