Los contagios por coronavirus siguen aumentando en Israel: ayer se detectaron 1.320 casos nuevos, una cifra récord desde inicios de la pandemia, y cinco muertes, informó hoy un portavoz del Ministerio de Salud.
Esto evidencia la preocupante tendencia al alza y la extensión del segundo brote que esta semana obligó al Gobierno a imponer de nuevo severas restricciones para evitar la vuelta al confinamiento.
Los casos activos de COVID-19 eran solo 1.751 a finales de mayo, pero hoy hay más de 14.100 positivos, «en torno a ocho veces más», concretó Adam Cutler, de la oficina de Comunicación de Salud, que espera que esta curva ascendente vaya a la baja durante las próximas semanas.
El número de contagios diarios en este rebrote -que ronda o supera el millar (mil) en los últimos días- es considerablemente mayor a los contagios que se registraban en la primera oleada, en los meses de marzo y abril, cuando en el peor pico no se pasó de 740 contagios al día, que se fueron reduciendo hasta quedar en pocas decenas de positivos diarios durante el mes de mayo.
Israel -con nueve millones de habitantes- superó con un impacto moderado y poco más de 300 muertos la primera fase de la pandemia, pero su rápida y temprana reapertura derivó en un aumento exponencial de casos. Ahora los expertos critican una desescalada apresurada, sin un plan claro de prevención para afrontar una segunda oleada.
En total, se han registrado en el país más de 32.000 contagios, y la cifra total de fallecidos se eleva a 343.
Los infectados en estado grave también aumentan: 107 están en condición crítica, una cifra muy alta en relación a hace dos semanas, cuando solo había 45, según el digital «Times of Israel».
Hoy, se informó de que el titular de Defensa y primer ministro alterno, Benny Gantz, está en cuarentena preventiva, tras haber estado en contacto con un miembro de su familia que contrajo el virus. Aunque se encuentra bien, se ha decidido aislarlo a la espera de un test que determine si está contagiado.
Ante la situación, Israel está dando marcha atrás en la desescalada. El lunes, el Ejecutivo ordenó el cierre de bares, gimnasios, piscinas, discotecas y salas de eventos, redujo el aforo en restaurantes y templos religiosos y limitó también el número de personas en reuniones (20) y en el transporte público, que deberá circular con ventanas abiertas y sin aire acondicionado.
Y anoche declaró «zona restringida» la localidad de Beitar Ilit, en Judea (sur de Cisjordania), uno de los focos de contagio.
La población cada vez está más preocupada con la situación económica. Según datos oficiales, 850.000 personas están en el desempleo y se prevé que la cifra aumente tras las últimas restricciones y las que podrían venir, lo que ha llevado a que empiecen a convocarse protestas contra la gestión del Gobierno, con participación moderada. EFE y Aurora