“Israel no quiere presionar a Hamás”: ¿Por qué renunció el responsable de regresar a los desaparecidos?

Hadar Goldin, Avera Mengistu y Oron Shaul Foto Canal 2

Las negociaciones entre Israel y el grupo terrorista islámico Hamás sobre los caídos en acción y desaparecidos está completamente estancada, a propósito de la dimisión del coronel (retirado) Lior Lotan, encargado de la cuestión.

Lotan había sido designado por el primer ministro para ocuparse del rescate de los caídos en combate y los desaparecidos en Gaza. Su renuncia desató una fuerte crítica por parte de los familiares de dos soldados –Oron Shaul y Hadar Goldin- cuyos cuerpos han sido secuestrados por Hamás, sobre todo contra el ministro de Defensa, Avigdor Liberman, al que calificaron de “cobarde y débil”.

En manos de Hamás están Abraham (Avera) Mengistu, de 30 años, oriundo de Ashkelon, y Hisham Shaaban Sayed, de la localidad beduina de Hura, en el Néguev. Ambos sufren de problemas físicos y psicológicos y necesitan medicamentos en forma permanente. Israel ha intentado entregar los remedios con incierto éxito a través de mediadores y organismos donantes.

Quienes lideran las negociaciones por parte de Hamás son el líder de Hamás en Gaza Ihye Sinwar y su lugarteniente, Jihad Yarmor. Ambos fueron liberados en el canje por el soldado Gilad Shalit. Ambos fueron recluidos por la planificación y la responsabilidad en el secuestro del soldado Nahshon Vaxman z”l, en cuyo intento de rescate –pequeño es el mundo- resultó gravemente herido Lior Lotan, quien incluso recibió una medalla honor.

Cuando salieron de la cárcel, los dos cabecillas de Hamás prometieron a los reclusos que quedaron que no los abandonarían tras las rejas.

Debido al éxito del canje por Shalit, el público palestino tiene una gran expectativa y espera que ese acuerdo sea el piso para un trato. Para comenzar las negociaciones, Hamás exige la liberación de 54 presos palestinos que fueron liberados en el canje por Shalit y reintroducidos en prisión.

Hamás ya ha enviado a Israel a través de mediadores las condiciones para un acuerdo, y son similares al del canje por Shalit: mil presos palestinos vivos, cadáveres y otras condiciones.

Israel lo ha rechazado categóricamente: “No hay lo que hablar”, bajo la dirección de Lotan, en base a la opinión del primer ministro y el ministerio de Defensa y el Gabinete de Seguridad.

En primer lugar, el canje por Shalit desató una gran crítica pública. Segundo, los dos ciudadanos israelíes vivos ingresaron a Gaza de alguna manera por voluntad propia y no son considerados como soldados prisioneros. En tercer lugar, la Comisión Shamgar ha influenciado para que el público, la comunidad de inteligencia y la dirección política estén dispuestos a un intercambio de cuerpos por cuerpos; y no cuerpos por presos vivos y menos aún por aquellos con sangre en las manos.

Por otra parte, Israel no busca aumentar la presión sobre las duras condiciones en Gaza por temor a desatar un caos y que al fin de cuentas Hamás sea reemplazado por algo peor.

El coronel Lotan probablemente comprendió que en la situación actual no había espacio para un acuerdo y después de tres años de trabajar voluntariamente en el cargo resolvió renunciar

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