En una rara declaración, el ministro de Inteligencia iraní, Mahmoud Alavi, parece haber confirmado a la agencia semi oficial iraní ISNA, que un ministro israelí detenido en mayo pasado y acusado de espiar para el régimen de los ayatollahs era de hecho un agente de Teherán.
“Ustedes han escuchado recientemente que pusimos bajo nuestro control a un miembro de un gabinete de un país poderoso”, expresó Alavi.
Aunque el ministro no especificó a qué país se refería, los sitios de noticia iraní y numerosos comentaristas tomaron las declaraciones como la primera admisión de los vínculos con el ex ministro de Energía, Gonen Segev, que fue extraditado desde Guinea Ecuatorial y detenido en Israel.
Gonen fue acusado en junio pasado de «espionaje agravado», así como de ayudar al enemigo en tiempos de guerra, y otros cargos relacionados, convirtiéndose en la personalidad de más alto perfil en la historia del país en ser acusada de espionaje.
Segev, un ex médico pediatra, que pasó un tiempo tras las rejas por tráfico de drogas tras salir de la Knéset (Parlamento), se mudó a Nigeria después de su excarcelación en 2007. Había servido brevemente como diputado y como ministro de Energía e Infraestructura bajo los Gobiernos de Yitzhak Rabin y Shimon Peres, en 1995 y 1996.
Según el acta de acusación, Segev estuvo en contacto con oficiales de inteligencia iraní desde 2012. Su primer contacto lo realizó en la Embajada iraní en Nigeria.
Los abogados de Segev dicen que el ex ministro niega haber obrado en contra de los intereses de Israel y alega que intentaba actuar como un doble agente contra Irán con la esperanza de retornar al Estado judío como un héroe.