Inmigrantes africanos en un limbo tras la cancelación de deportaciones en Israel

Centro de detención Holot en el Negev Foto: TrickyH Wikimedia CC BY-SA 4.0

La situación de los miles de inmigrantes ilegales africanos residentes en Israel permanece en un limbo después de que el Gobierno anunciara la cancelación del plan de deportación forzosa masivo que aprobó, al no tener un acuerdo con un tercer país dispuesto a recibir los expulsados.

A partir de ahora, señaló el Gobierno, las órdenes de deportación emitidas quedan anuladas y los africanos, en su mayoría procedentes de Eritrea y Sudán, podrán renovar su permiso de estancia en Israel cada dos meses.

Fuentes cercanas al primer ministro, Biniamín Netanyahu, detallaron que el Ejecutivo está iniciando conversaciones con dos nuevos países para que acepten recibir a los inmigrantes africanos, cuenta el periódico Yediot Ahronot.

Además, fuentes de Uganda declararon también que Israel sigue negociando un pacto con las autoridades ugandesas, con quien buscaba un acuerdo desde hace tiempo para encontrar la manera de deportar allí a los inmigrantes que ingresaron ilegalmente al país, informó la radio del Ejército (Galei Tzáhal).

Activistas y asociaciones pro derechos humanos se felicitan por la cancelación del plan de deportación y reclaman que se integre a los 38.000 africanos en el país, mientras que los grupos opuestos insisten en su expulsión.

Suzie Cohen, miembro de un grupo del Sur de Tel Aviv favorable a las deportaciones insistió que «lucharán contra la decisión».

El Gobierno también anunció que reabrirá el centro de detención de Holot, cerrado hace un mes después de que la Corte Suprema prohibiese la detención de inmigrantes ilegales durante más de tres meses.

Para reabrirlo, el Ejecutivo tendrá que aprobar la ‘cláusula de anulación’, un proyecto de ley para eludir sentencias de la Corte Suprema, que permitiría otra vez el encarcelamiento prolongado de los inmigrantes.

Dror Sadot, miembro de la ONG Hotline para Migrantes y Refugiados señaló que los 38.000 eritreos y sudaneses residentes en Israel siguen viviendo «en un círculo vicioso».

«Ahora se supone que deben recibir un permiso de estancia cada 60 días, pero la realidad es que esto no es así», dice, y agrega que «muchas personas están en la calle sin papeles».

Sadot denuncia que las colas para conseguir la residencia temporal en las únicas dos oficinas de la Autoridad de Población e Inmigración «son larguísimas, con mucha gente que espera durante días sin llegar a conseguir el permiso», un documento que también necesitan para poder trabajar.

«Tengo que ir a renovar mi residencia el próximo 7 de mayo, pero nada está en mis manos», lamenta Barkat Gavrichristos, joven eritreo que agrega que los permisos de estancia que emiten las autoridades israelíes muchas veces no llegan a los dos meses. EFE y Aurora

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