Al menos diez combatientes del grupo terrorista libanés chií Hezbollah, entre ellos comandantes, murieron en combates en los alrededores de Saraqueb, una ciudad estratégica en el norte de Siria, reportó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización no gubernamental con sede en Londres, pero con una amplia red de colaboradores en el terreno.
El Observatorio indica que la cifra provisional de muertos entre las fuerzas del régimen y otros grupos leales, en las últimas 24 horas, asciende a 48, debido al bombardeo de la artillería y la aviación turca en varias localidades de la zona rural de Alepo e Idlib. El reporte añade que hay decenas de heridos, algunos de ellos de gravedad; en tanto que el bombardeo turco destruyó también al menos trece vehículos de combate del régimen de Damasco.
Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que el ejército de Turquía bombardeó un depósito de armas químicas en el noroeste de Siria, en la provincia de Idlib, donde Ankara tiene emplazadas tropas.
El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que este es “uno de los momentos más alarmantes del conflicto sirio”, tras la muerte de al menos 36 soldados turcos en la provincia de Idlib, último bastión de las tropas rebeldes y blanco de una ofensiva de las tropas del régimen del presidente sirio, Bashar al Assad, y la aviación de su aliado Rusia.