Un reciente tweet de una de las funcionarias palestinas, Hanan Ashrawi, cuestionó duramente el plan de Estados Unidos para las negociaciones de paz entre la Autoridad Palestina e Israel.
Los comentarios llegaron a cuestionar cualquier información que proviniera del lado israelí y del estadounidense, alegando incluso que Estados Unidos tenía “credibilidad cero”.
La respuesta de Estados Unidos no tardó en llegar. Jason Greenblatt, representante especial norteamericano para el proceso de paz, respondió con contundentes argumentos a la retórica que sostiene el lado palestino ante el plan de paz de Trump.
El comentario de Greenblatt en la misma red Twitter no solo ponía en claro que los alegatos de la negociadora palestina carecían de certeza, ya que la administración Trump había mantenido lo prometido, tal como fue la mudanza de la embajada a Jerusalén como reconocimiento a la verdadera capital de Israel (realmente la puesta en práctica de una decisión anterior a Trump).
Greenblatt aseveró que el compromiso de su administración en relación con la consecución de una solución pacífica en el tema Israel-Palestina estaba intacto y le recordó a Ashrawi que las simples declaraciones retóricas de los líderes, sin resultados en la vida real, son las que no producen credibilidad. Y le aclaró que la actitud palestina de rechazo compulsivo y sistemático a las propuestas estadounidenses le hacen un flaco favor al proceso de paz.
«Tienen derecho a criticar nuestras políticas», escribió Greenblatt, «pero no ignoremos el gran daño que están haciendo a los palestinos al negarse a negociar».
“Vale la pena perseguir la paz y estamos comprometidos con intentarlo”. Agregó Greenblatt y continuó, “Usted y otros líderes también pueden trabajar duro y ver si se puede lograr. O pueden continuar evitando los muchos y significativos beneficios de la paz, negándose a participar. La pelota está en su cancha. Es hora de ser líderes creíbles”.
El negociador estadounidense recalcó la profunda división que existe entre Gaza y Judea y Samaria, es decir, entre Fatah y Hamás, y el antagonismo entre ambos, lleno de odio, lo que inhabilita al lado palestino para alcanzar la paz con Israel y es la causa principal de las precarias condiciones de vida de la sociedad palestina.
Finalmente, Greenblatt expuso que los negociadores palestinos le debían a su pueblo al menos revisar las propuestas y obtener de ellas el mayor beneficio para los palestinos. Puntualizó que “para ser honestos” no se podía asumir que la propuesta norteamericana era la causante de una situación que lleva décadas gestándose.