¿Fisuras en el campo de la resistencia palestina?

Efectivo de la Yihad Islámica Palestina posa junto a una batería de cohetes en Gaza Foto ilustración: Yihad Islámica Palestina

La escalada entre Israel y la Yihad Islámica Palestina (YIP), del 12 al 14 de noviembre de 2019, luego del asesinato del comandante militar de alto rango de la organización, Baha Abu al-Ata, expuso fisuras en las relaciones entre las dos organizaciones principales en el movimiento de la resistencia palestina -YIP y Hamas-, así como la fragilidad de la situación en la Franja de Gaza. Durante dos días, Hamas dejó a la YIP que enfrentara por sí sola los ataques aéreos israelíes en la Franja que dañaron gravemente a los operativos de la YIP, mientras expresaban poca solidaridad con la misma, o para el caso, absolutamente nada. Incluso después de que ocho miembros de una familia no involucrada en el centro de la Franja murieran accidentalmente durante un ataque israelí, y a pesar de la ira pública; Hamas evitó involucrarse en la campaña. Por su parte, Israel se desvió de su política de los últimos años y evitó atribuir la responsabilidad del lanzamiento de cohetes a Hamas, y centró sus ataques aéreos en blancos de la YIP. Esta dinámica creó una nueva ecuación, mediante la cual Israel y Hamas se encontraron en el mismo lado de la ecuación, mientras que la Yihad Islámica se quedó sola contra ellos. Por lo tanto, más allá de los incidentes específicos, la pregunta clave es si el comportamiento de las dos organizaciones refleja una nueva tendencia. ¿Por qué Hamas estuvo dispuesto a arriesgar su imagen como el principal movimiento de resistencia y absorber las críticas por permanecer al margen? ¿No le preocupa a Hamas perder su apoyo público? Además, ¿muestra esta ronda de violencia que la disposición de la YIP a actuar por sí sola se basa en su capacidad para enfrentarse de manera independiente a Israel?

La Yihad Islámica Palestina (YIP) se ha distinguido de Hamas y otras organizaciones de resistencia en la Franja de Gaza, y en contraste con la relativa moderación mostrada por Hamas en los últimos años, ha demostrado que no ignorará un ataque contra su gente y contra civiles de Gaza. En una entrevista ofrecida a al-Meeidin el 13 de noviembre de 2019, el Secretario General de la YIP, Ziad al-Nahala, se jactó de la independencia mostrada por su organización y su capacidad para resistir la presión israelí. De esta manera, demostró a sus patrocinadores en Irán y a sus partidarios de Hezbollah que puede enfrentar a Israel y paralizar muchas áreas del país por algún tiempo. Al mismo tiempo, la organización se vio obligada a aceptar un alto el fuego sin tener ninguna semblanza de victoria para mostrar. El daño causado a Israel fue esencialmente moral, ya que no hubo víctimas ni graves daños a la propiedad, mientras que la YIP pagó un alto precio en víctimas humanas y en la destrucción de la infraestructura. La crítica expresada en la Franja, tanto con respecto al temprano cese del fuego como con respecto al comportamiento separatista de la organización, exigió a sus líderes que explicaran por qué el acuerdo de alto el fuego no significa el fin de la resistencia y argumentaran que debería ser visto como una movida táctica dictada por circunstancias de tiempo y lugar.

El cuadro de la Franja de Gaza al final de la reciente ronda de violencia puede explicar lo que estuvo detrás de la reluctancia de Hamas a entrar en el combate. Si se hubiera involucrado, las dimensiones de la destrucción habrían sido mucho más amplias de lo que son hoy. Hamas, que se está doblegando bajo la carga que soporta como poder gobernante debido al colapso de la infraestructura en la Franja y su incapacidad para satisfacer las necesidades de sus habitantes desde la Operación Margen Protector (verano de 2014) e incluso desde antes, es muy consciente de los riesgos involucrados en un amplio conflicto militar. Desde entonces, ha querido evitar que las fuerzas de la resistencia proporcionen a Israel un pretexto para atacar nuevamente la Franja. Por esa razón, estableció una sala de operaciones conjuntas junto con las otras organizaciones, donde se decide el alcance y el momento de abrir fuego contra Israel. Este proceso ha ganado elogios públicos generalizados. La YIP, que tenía reservas sobre la idea y se esforzó por mantener su imagen como una organización elitista, cualitativa y altamente motivada, vio el proceso como parte de una confabulación que tenía como objetivo socavar a todas las organizaciones de resistencia. Ha sido aunada, en su opinión, por Qatar, Egipto y, en cierta medida, incluso Hamas y otras organizaciones, que están preparadas para recibir el dinero que llegaba a la Franja desde Qatar «a través del aeropuerto Ben Gurion», en palabras del secretario general al-Nahala, siempre que mantuvieran la situación en calma, como una etapa del proceso destinado a llevar la resistencia hacia arreglos que acepten la existencia de Israel.

Hamas asumió un riesgo calculado al no involucrarse. Su dirigencia es consciente del antagonismo que la YIP despierta entre una porción significativa del público, y por lo tanto cree que puede lidiar con las críticas dirigidas en su contra. Incluso puede ser que los muchos mensajes que Hamas ha recibido de Israel a través de Qatar o Egipto en los últimos años, y aparentemente incluso durante esta ronda de violencia, con respecto al avance en los entendimientos que garantizarían la calma, le enseñaron a su dirigencia que esto era un riesgo calculado que valía la pena. De hecho, hasta hace unos años, el propio Hamas fue blanco de las críticas de Abu Mazen (Mahmud Abbás) por disparar cohetes contra Israel que condujeron a una respuesta destructiva en la Franja, similar a la que esta vez fue dirigida a la YIP.

Los días transcurridos desde que terminó la ronda de violencia han demostrado que Hamas no ha perdido su estatura en la Franja. Sus acciones incluso obtuvieron la aprobación simbólica del público por parte de los líderes de la YIP, quienes se apresuraron a la casa del veterano líder de Hamas Mahmoud Alzahar para pedirle disculpas por las críticas mordaces que le hicieron y por echarlo por la fuerza de la casa de Abu al-Ata cuando fue a ofrecer sus condolencias. Al mismo tiempo, Ismail Haniyeh, jefe del buró político de Hamas, en una conversación telefónica con el secretario general de YIP, afirmó que la «resistencia» está unificada y que no permitirán que Israel introduzca una cuña entre las organizaciones. Incluso los dos cohetes que fueron disparados hacia Beer Sheva en la noche del 15 de noviembre por agentes de Hamas -no está claro si fueron lanzados con la aprobación de la dirigencia-, pueden verse como parte del intento de mostrar unidad, pero sin arrastrar a Israel a una respuesta masiva.

Si es así, la fisura que apareció en el muro de resistencia en la última ronda de violencia no se convirtió en llantos, sino refleja las diferencias de enfoque entre las dos organizaciones. Hamas, que ha gobernado la Franja durante más de 12 años, sabe de la dificultad de equilibrar simultáneamente la gobernanza y la resistencia. Desde el verano de 2014, la organización ha expresado interés en un alto el fuego a largo plazo y en la reconstrucción de la Franja. Por lo tanto, quiere manifestar resistencia a Israel a través de manifestaciones masivas y fricciones físicas en el área de la valla fronteriza, evitando el uso de fuego vivo. En octubre de 2017, en contraste con su política anterior, Hamas expresó su disposición a transferir la gestión de los asuntos civiles de la Franja a la Autoridad Palestina. Incluso en su enfoque político, ha tratado de mostrar flexibilidad y acercarse a las posiciones de la OLP con respecto a la disputa con Israel, aunque esto no ha satisfecho a Abu Mazen, quien no ha permitido que las dos partes avancen hacia la reconciliación.

Por el contrario, la YIP ve este tipo de creciente flexibilidad como un riesgo para el «problema palestino». Insta a abandonar cualquier forma de diálogo con Israel y converger en la «trinchera de la resistencia». Ziad al-Nahala, que disfruta del apoyo de Irán y cuya elección como secretario general de YIP inyectó un nuevo espíritu combativo en la organización, preguntó recientemente, en vista del diálogo que se está desarrollando en torno a las elecciones para el Consejo Legislativo: “¿Por qué están corriendo hacia las elecciones? ¿Cuál es el punto de las conversaciones de reconciliación cuando el divisor más grande es el enemigo sionista?” Su respuesta: “Todos debemos unirnos bajo las alas de la resistencia, porque solo esto tiene la fuerza para conectarnos”.

Por lo tanto, es dudoso que los contactos entre Haniyeh y al-Nahala pongan fin a la tensión entre las dos organizaciones. La presión iraní y militante que caracteriza a la YIP asegura una mayor fricción entre ambos y con respecto a Israel. Hamas querrá evitar cualquier deterioro en su estatus como la principal organización de resistencia, y se esforzará por mantener la calma y promover un acuerdo, a cambio de importantes concesiones israelíes, a pesar de la tensión que esto implica con Irán, que también lo apoya, mientras que la YIP y/u otros partidos recalcitrantes que puedan desarrollarse dentro de éste querrán probarse a sí mismos, a sus partidarios en la Franja e Irán, de que siguen siendo leales al camino de la yihad.

Por su parte, Israel puede resumir esta ronda de violencia como un éxito relativo. La eliminación de Baha Abu al-Ata de la arena como actor independiente que podría haber arrastrado a Israel y a Hamas a un altercado general no perjudicó la preparación principal de Israel, en este momento, hacia Irán o Hezbollah en el teatro del norte. El precio que pagó por esta ronda fue limitado, mientras que expuso una fisura en el campo de la resistencia palestina.

La pregunta sigue siendo si Israel está preparado para aprovechar la no participación de Hamas y alentar el progreso hacia un acuerdo que garantice la calma de seguridad en el sector de Gaza. ¿Es la fisura entre Hamas y YIP profunda e irreparable, o se trata de una crisis localizada? Por de pronto, ambas organizaciones están tratando de demostrar que se están acercando y de definir la crisis entre ellas como una expresión de diferencias legítimas de opinión entre dos organizaciones con un objetivo común. Sin embargo, parece que el interés de Hamas e Israel por la calma es actualmente más fuerte que las relaciones entre las organizaciones. La sala de operaciones conjuntas tiene como objetivo, entre otras cosas, evitar el fuego incontrolado hacia Israel y no coordinar el fuego. Por lo tanto, la formulación de entendimientos con respecto a la calma y la reducción de la dimensión violenta de la resistencia palestina entre Israel y Hamas, si ocurre, puede generar esfuerzos para destruirla por parte de la YIP y plantear un desafío continuo a los esfuerzos para implementar el arreglo. Como tal, la combinación de los esfuerzos de Hamas para avanzar en la rehabilitación de la Franja y proporcionar empleos a los habitantes del área, junto con la disuasión israelí de las facciones recalcitrantes, puede no solo extender el período de calma, sino también profundizar las disputas entre Hamas y la YIP.

Fuente: Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS)

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