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Entre la Pascua Judía de Pesaj y Pentecostés, median 7 semanas. Los judíos cuentan esos días cuidadosamente, y al término del lapso, la festividad celebra la entrega de la Torá, incluidos los Diez Mandamientos, en el monte Sinai.

En el día 33 de la cuenta, se recuerda en forma festiva que durante la dominación del imperio Romano, una terrible plaga que acabó con la vida de 24 mil estudiantes, cesó. Se rompe el luto que priva en esos días y la vida retoma algo de normalidad.  En estos días del siglo XXI, este episodio de la historia del pueblo judío, nos parece más cercana y terriblemente verosímil.

La dominación de Roma sobre Israel acabó con su independencia y significó el exilio más largo para el pueblo judío.  Un exilio del cual se regresó con la independencia del Estado de Israel unos dos mil años después.

El día 33 de la cuenta, conocido como LAG BAOMER, celebra algo mucho más significativo que el fin de la epidemia del momento.  Celebra y dignifica que la cultura y la educación judía, que la forma de vida y los valores de un pueblo, no se perdieron.

Los estudiantes de ley que perecieron dejaron quienes pudieron remplazarlos y continuar su labor. La tradición judía se logró mantener, y la herencia cultural que se plasmó en textos y conductas se mantuvo, y se transmitió. Hasta el día de hoy.  Ese es quizás el fundamento de la celebración de LAG BAOMER.

La próxima semana se cumple el aniversario 53 de la reunificación de Jerusalén.  En la Guerra de los Seis Días, Israel recuperó la ciudad que estuvo dividida desde 1948.  Y perdida desde la época del Imperio Romano.

Ciertamente, en los 49 días que hemos mencionado, se han sucedido hechos importantes.  En el siglo XXI, la independencia de Israel y la ya mencionada reunificación de Jerusalén.  Todo ello dentro del espíritu judío milenario que no se perdió a pesar de un exilio largo, cruel y que diezmó a los judíos.

En el devenir de la historia universal, el pueblo judío ha tenido altibajos.  Períodos de mucho sufrimiento.  El destierro, la Inquisición, los progroms, la Shoá.  Como pocas veces, o como nunca, la situación de hoy día luce favorable, alentadora.  A pesar de las muchas dificultades y contratiempos.

Los judíos del siglo XXI tienen un lugar en el cual son siempre bien recibidos. En ese lugar, se vive y se actúa de acuerdo a la herencia milenaria que se ha conservado, aún y con las agrias discusiones entre los sectores que hacen vida en el país.   En las noticias de todos los días, no obstante ser Israel un país pequeño, joven y en aprietos, aparece en los titulares.  Y por razones positivas.  Es probable que sea Israel el país que más ayude en la erradicación del virus que nos azota.  Es evidente que su participación en la dinámica de la política internacional es mucho mayor que su tamaño y peso real específico.  Los judíos viven un momento de relativa gloria.  De maltratados y marginados, a admirados.  De perseguidos y azotados, a respetados y hasta temidos.

Sí. Celebramos y recordamos fechas importantes.  Aquellas que marcan la pauta para comprender las causas de la permanencia del Pueblo Judío, en el concierto de naciones como lo que es. El Pueblo Judío.

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