El Parlamento israelí apueba en forma preliminar la ley de reclutamiento militar para ultra ortodoxos judíos

Yaakov Litzman Foto: Kneset

El polémico proyecto de ley para formalizar el enrolamiento militar para los judíos ultra-ortodoxos fue aprobado en una primera votación durante una agitada sesión de la Knéset (Parlamento).

Una mayoría de 63 diputados votaron a favor y 39 en contra. El proyecto debe ser aprobado en otras dos votaciones para convertirse en ley.

La exención de los estudiantes judíos ultra ortodoxos del servicio militar obligatorio es un asunto espinoso y los intentos de legislar sobre la cuestión han dividido la frágil coalición del primer ministro, Biniamín Netanyahu, que depende del apoyo de los partidos ultra ortodoxos.

El contencioso proyecto de ley fue elevado al Parlamento en base a las recomendaciones del informe de un comité del Ministerio de Defensa publicado a principios de mes, que propone objetivos anuales mínimos para el reclutamiento de los jóvenes  ultra ortodoxos, que de no cumplirse, darían lugar a sanciones económicas a las “yeshivot” (seminarios rabínicos), que caigan por debajo de las metas.

Los partidos ultra ortodoxos, presionados por los sectores más radicales de su electorado, están haciendo un doble juego: mientras proclaman abiertamente su oposición al proyecto de ley, detrás de las bambalinas hacen todo lo posible para asegurarse que sea aprobado.

De hecho, los partidos ultra ortodoxos sefaradí Shas y askenazi Judaísmo Unido de la Torá (Iahadut Hatorá) votaron en contra del proyecto de ley tras confirmar que tenía suficiente apoyo como para ser aprobado en su primera votación.

De cualquier manera, antes de la votación, el ultra ortodoxo viceministro, Yaakov Litzman, de Judaísmo Unido de la Torá amenazó con abandonar la coalición si el proyecto de ley es convertido en ley.

Como los partidos ultra ortodoxos votaron en contra; la aprobación del proyecto de ley en primera lectura dependió en gran medida en el apoyo de parte de la oposición.

El proyecto de legislación dividió a la oposición. De cara a la votación los líderes de los dos grandes partidos opositores: Avi Gabbay (Campo Sionista) y Yair Lapid (Yesh Atid) se trenzaron en agrias acusaciones mutuas.

Una vez aprobado en primera lectura el proyecto de ley, el ministro de Defensa, Avigdor Liberman, expresó su satisfacción indicando que «la Knesset demostró responsabilidad».

Por su parte, el diputado Yoel Hasson, del Campo Sionista expresó que «la ley fue aprobada con la decidida ayuda de Yesh Atid, que hoy expresó confianza en el gobierno de Netanyahu a pesar de ser un partido de la oposición, un evento histórico dudoso… Si no hubieran dado su apoyo, la ley no habría sido aprobada».

El proyecto de ley establece el objetivo de enrolamiento para el año 2018 en 3.348 jóvenes, con metas que aumentan entre un 5 y 8 por ciento cada año, alcanzando a 6.844 en 2027. A partir de 2020, si los porcentajes de enrolamiento no alcanzan el 95% del objetivo, los fondos para las yeshivot se reducirán en consecuencia.

Si los porcentajes no llegan al 85 de la meta anual para 2023, el acuerdo será cancelado, con lo que según algunas interpretaciones, esto conllevaría sanciones penales para cualquiera que evadiera el enrolamiento, tal como es estándar para todo ciudadano.

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10 thoughts on “El Parlamento israelí apueba en forma preliminar la ley de reclutamiento militar para ultra ortodoxos judíos”
  1. Espero que la ley sea adoptada. En realidad hace mucho que el gobierno socialista debió abrogar el acuerdo de “status quo”. Por lo menos la parte del acuerdo que exime a los estudiantes de ieshiva y kolel de hacer el servicio militar obligatorio, y la parte del acuerdo que obliga a la ciudadanía a casarse únicamente por la ley religiosa de su etnia. Porque por ej. la ley del pueblo judío nunca le reconoció y no le reconoce personería jurídica a la mujer judía. Por eso el Gobierno también le haría un sinfín de bien a muchísma gente instalando finalmente un Registro Civil obligatorio para todos los residentes del país.

  2. Dice la Torá que cuando Di-s quiere realizar algún ajuste de cuentas con el pueblo judío impide de alguna forma que éste estudie la torá ya que el estudio por parte de los judíos de la torá los protege de todo mal. como de costumbre el sionismo en su infinita sabiduría la tiene re Clara Y por supuesto Graciela ni hablar

  3. Sean útiles de una vez. ¿Le piden al nobreros que No haya más guerra ni sufrimiento ni hambre ni desigualdad? Uds. Tan cercanos a El. Si lo hacen son un fracaso. Si no lo hacen…para qué rezan tanto… Sean hombres!!!

  4. Quien alega que el servicio militar le impide estudiar la Torá, miente. Sólo una pequeñísima parte de los estudantes ultraortodoxos que se zafan del servicio militar obligatorio desempeñará una función religiosa. El resto tendrá otras ocupaciones para ganarse el sustento y estudiará la Torá en su tiempo libre, que es exactamente lo que podrían hacer los ultraortodoxos durante su servicio militar obligatorio si fueran honestos y menos aprovechados.
    Una de las consecuencias de no reconocer al Estado de Israel porque el Mesías aún no ha llegado es no reconocer sus leyes. Especialmente las leyes que los judíos ultraortodoxos consideran perjudiciales a sus intereses personales; porque parece que sí reconocen ciertas leyes que los benefician de alguna manera. En la diáspora, en cambio, sí reconocen las leyes del estado en el que viven, como ordenó el edicto dina demaljuta dina de Mar Samuel hace casi 2.000 años.
    Bottom line, quién no reconoce al Estado de Israel y a sus leyes, no tiene derecho a vivir en él. Derecho moral, se entiende. Y aunque todos los judíos sean dueños de la Tierra de Israel, legalmente es el Estado quien decide, organiza y defiende. El Gobierno haría bien en exigir la reciprocidad de parte de los ultraortodoxos, y si se siguen negando, implementar ése principo de derecho moral. No lo hacen porque los ultraortodoxos inmediatamente empezarían a amenazar, a chantajear, a presionar, y a hacer repugnantes disturbios callejeros quemando neumáticos, tirando piedras, atacando a las fuerza del orden, etc., y como el Gobierno quiere mantener la calma social en el país, los ultraortodoxos aprovechan para salirse con la suya.

  5. Hacer la tzavá no quita tiempo de estudio para la Torá en el estudiante de buena voluntad. El problema es otro: hacer que la tzavá esté adaptada de tal forma que de ninguna manera, ni mínimamente, genera una marco asimilacionista en el estudiante enrolado.

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