En grupos de tres y separados entre ellos para prevenir el contagio, los 120 diputados del Parlamento israelí (Knéset) juraron hoy sus cargos en una ceremonia marcada por el bloqueo político y la emergencia del coronavirus.
«La actual crisis política es muy real, muy profunda y nos está rompiendo en dos», declaró el presidente, Reuvén Rivlin, que inauguró la vigesimotercera legislatura de la historia del país en una situación excepcional: el Gobierno ha tomado medidas restrictivas contundentes para impedir la propagación del COVID-19, que registra un total de 250 contagiados.
Rivlin reiteró la necesidad de crear un gobierno unitario al inaugurar la sesión de constitución parlamentaria ante los dos principales líderes del país, el primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, y el centrista Benny Gantz que hoy por la mañana recibió el mandato presidencial para formar gobierno.
Israel se encuentra en una parálisis política desde hace casi un año. Tras tres elecciones generales no concluyentes, la emergencia por el coronavirus ha bloqueado parcialmente la rutina y la actividad económica del país, un elemento más que presiona a los partidos a pactar un gabinete con el que afrontar la situación.
Gantz, cuya coalición, Azul y Blanco, quedó segunda en los comicios del pasado dos de marzo, obtuvo la recomendación de 61 diputados para recibir el encargo de formar Ejecutivo, para lo que tendrá un plazo de 28 días y la posibilidad de pedir una extensión adicional de 14 días al presidente.
El centrista Gantz busca desbancar a Netanyahu, ganador por la mínima de las pasadas elecciones y que estos últimos días apeló a formar un gobierno unitario temporal bajo su liderazgo para hacer frente a la emergencia del coronavirus.
Pero Gantz, que no aceptó esta proposición, buscará ahora crear un gobierno unitario encabezado por él. EFE