El papel del agua como motor para el desarrollo de la agricultura en Israel

2 junio, 2019 , ,
Foto: Pixabay

El problema del agua en el Medio Oriente siempre fue motivo de conflicto. Curiosamente fue y es también la fuente de inspiración de programas de cooperación y desarrollo regional que buscan fortalecer a la población de la región garantizando el abastecimiento continuo del agua que asegure las necesidades básicas de supervivencia hasta su uso para el desarrollo de la agricultura y la Industria.

Acuerdos en temas de aguas entre Israel, Jordania y las Autoridad Palestina, creación de canales que transporten agua desde el Mar Rojo al Mar Muerto, e inclusive la idea del Presidente de EEUU Eisenhower  nacida en los años 50  y llamada “El átomo de la paz”  que hablaba de la creación de tres plantas con reactores atómicos que abastezcan de energía plantas desalinizadoras de agua de mar en Egipto, Jordania e Israel, son ejemplos del uso de agua como herramienta para la paz y convivencia es la región.

En Israel el agua es, sin lugar a dudas, un recurso de importancia estratégica y su manejo posee importantes consecuencias que representaron hitos a lo largo de la historia del Estado.

Israel se encuentra ubicado al límite del desierto y la mayor parte de su superficie es de clima árido y semiárido siendo su principal fuente de aguas el agua de lluvias.  Estas lluvias son estacionales y están concentradas entre 4 a 5 meses al año. El resto del año las fuentes de agua provienen de reservorios de agua, aguas subterráneas y fuentes superficiales como son ríos, lagos, etc. Dentro de las fuentes de agua superficial, la más importante de Israel es el lago Tiberiades/Mar de la Galilea (Kinneret) que posee una superficie de 168km2, 3 veces más pequeño que el lago Nahuel Huapi en el sur argentino, 6 veces menor que el lago Managua en Nicaragua y casi 50 veces más pequeño que el lago Titicaca ubicado entre Perú y Bolivia.

Agua y Desarrollo

La exploración de documentos en los archivos históricos del Estado de Israel nos permite imaginar la complejidad de las decisiones tomadas  por   David Ben Gurion, Moshe Sharet  o Levy Eshkol  (Los tres fueron  primeros ministros de Israel), líderes de un país joven que por un lado necesita asegurar el autoabastecimiento de alimentos de una población que crece rápidamente como resultado de importantes olas de inmigración y por el otro se encuentra sometido a una alta presión internacional que la obliga a suspender obras de ingeniería que pretendían dar solución al abastecimiento continuo de agua al centro y sur del país. Paralelamente, los lugares en donde se encuentran las fuentes de agua se encontraban bajo la constante amenaza de ataques militares por parte de los países limítrofes como Siria, Jordania y el Líbano.

Uno de los ejemplos que reflejan la problemática en la toma de decisiones es el Plan Johnston para el manejo de la cuenca del río Jordán. Este programa fue en definitiva la solución que EEUU intentó imponer a Israel y los estados árabes para cómo manejar y repartir las fuentes de agua. El programa fue aceptado por Israel y rechazado por la liga árabe con lo cual, el agua continuó siendo tema de conflicto.

La visión histórica del tema de las aguas en Israel se puede analizar en dos etapas. La primera caracterizada por la comprensión de que el agua existente es suficiente en cantidad para desarrollar la agricultura, industria y permitir la colonización del país. Se comprendió también que la dificultad era que esas fuentes de agua no se encontraban en el lugar que el país en general y la agricultura en particular lo necesitan.  La segunda etapa, en la cual la cantidad de agua no es suficiente, hecho que obligó a los diferentes gobiernos a fijar prioridades que no siempre estuvieron acorde a las ideologías o promesas.

La primera etapa.

Esta etapa se caracterizó por políticas que buscaron básicamente la colonización de las tierras, “poblar el desierto”. Para ello se comprendió rápidamente que la población necesitaba de un motor que permitiera el desarrollo de una economía sostenible. Ese motor fue la agricultura.

Se necesitaba desarrollar una agricultura que no fuese estacional y que fuera capaz de proveer productos agropecuarios frescos a lo largo de todo el año. Estas necesidades junto con el hecho que la mayor parte de las tierras arables y con necesidades de riego se encuentran en el centro y sur de Israel, obligaron a buscar alternativas que permitieran implementar las políticas de desarrollo. De aquí, que parte de las soluciones se encontraron en otras fuentes de aguas que permitieran relativamente mayor flexibilidad, sobre todo en aquellas épocas durante las cuales no hay aporte de agua por lluvias.

Para alcanzar estos logros, el estado dirigió sus inversiones al desarrollo de infraestructuras de aguas y caminos que permitirán el transporte de población y mercancías dentro del estado.  La creación de empresas nacionales de planificación del recurso agua (Tahal), la administración del recurso (Mekorot) y la construcción del Acueducto Nacional son parte de estos esfuerzos.

Desarrollo de Infraestructuras: El Acueducto Nacional

Ya hacia fines de los años 40 y durante la década de los años 50, Israel comenzó a realizar los primeros trabajos de ingeniería para la captación de aguas en la zona cercana al límite con Siria. Estos trabajos generaron una dura reacción y protesta en las Naciones Unidas y como consecuencia de ello Israel se vio obligado a suspender las obras. Esta protesta es solo un ejemplo acerca de la problemática que genera el tema del agua y los conflictos que genera su uso, especialmente cuando la «propiedad» es compartida y su disponibilidad es escasa.

Si tomamos en cuenta al lago Tiberiades como el principal reservorio de aguas superficiales que posee Israel, debemos saber que la fuente que lo alimenta es el río Jordán que a su vez recibe sus aguas de tres afluentes: Dan, Manantial Hatzbani y Manantial Banias que poseen sus orígenes en regiones que hasta 1967 estaban bajo dominio de Siria y Líbano y hoy estos países reclaman su propiedad.

Es de suponer que futuros tratados de paz en Medio Oriente tendrán que dar solución a estos reclamos. Durante los años previos a 1967, el desarrollo de la agricultura en el centro y sur del país exigía el suministro de aguas continuo y no solo la agricultura estacional que las lluvias podían permitir durante los meses de invierno (periodo de lluvias).  Hacia principios de 1956 se aprobó la construcción del Acueducto Nacional (Hamovil Haartzi) que se inauguró   a mediados del año 1964.

Ben Gurion visita estación de bombeo subterráneo del acueducto nacional. Foto: Pridan Moshe / GPO

¿Qué es el acueducto Nacional?

Verano de los años 60.  En una de las aldeas Drusas de la Galilea un grupo de obreros, técnicos e ingenieros festejaron la finalización de la excavación subterránea de una gruta al norte del lago Tiberiades la cual se uniría a canales de altos declives sobre las cuestas de las Colinas de la Galilea. Esta obra, fue una de las etapas en el proyecto de ingeniería de los más complicados de la historia del estado de Israel: El Acueducto nacional.

Todo esto fue realizado en forma casi secreta para evitar la reacción del gobierno de Siria que años antes había generado combates que en definitiva finalizaron con la suspensión de los trabajos de ingeniería para la captación y desviación de las aguas de rio Jordán y que años después terminaría en lo que conocemos como “la Guerra del Agua” que en 1967 finalizo con la conquista de las Alturas del Golán.

En el verano de 1964 se inauguró el acueducto Nacional a lo largo de 130 km. La idea de transportar agua había nacido años antes de la finalización de la segunda guerra mundial y espero casi 20 años para lograr consumarse.

El acueducto nacional es un sistema de cañerías y canales para transportar agua desde el lago Tiberiades (Kinneret) hasta el centro y sur del país. Se invirtieron 2.500.000 días de trabajo en los que 2500 obreros/día promedio trabajaron durante 4 años. Este acueducto transporta en su máxima capacidad aproximadamente 400 millones de m3 que durante los primeros años fueron utilizados en un 80% para la agricultura y un 20% para el consumo humano. Curiosamente en ese mismo periodo del año se creó la OLP (Organización para la liberación de Palestina) que en una de sus primeras acciones colocó una carga de explosivos en uno de los puntos clave del acueducto que afortunadamente no explotó.

Años más tarde, el peso del agua para el consumo humano fue creciendo a cuenta de lo utilizado para agricultura e industria. Para la realización se invirtieron un valor equivalente hoy día, a más de 4000 millones de NIS y equivalieron a más del 80% de las inversiones que el estado realizo durante esos años para el desarrollo de infraestructuras relacionadas con el Agua. Cabe señalar que otras fuentes de aguas fueron y son las aguas subterráneas (acuíferos de la costa y de la montaña) que también exigen inversiones para permitir su extracción y uso.

Las Inversiones y el éxito logrado en la extracción de agua y su transporte permitió el crecimiento de la agricultura que fue durante los años 50 y 60 responsable de más del 10% del PBI, el 65% de las exportaciones y representó más del 17% de la fuerza laboral del estado.

La segunda etapa

Esta etapa se caracteriza básicamente por el déficit de agua. La cantidad de agua no es suficiente debido a dos fenómenos que se presentan a lo largo del eje del tiempo en diferentes intensidades. El primer fenómeno es el crecimiento de la población resultado de una importante ola de inmigración. Como consecuencia de ello aumenta la demanda para consumo humano.

El segundo factor es el cambio climático que trae consigo fenómenos climáticos extremos como cambios extremos en los regímenes de lluvias y su distribución, olas de frío o calor, etc. Esto provoca en muchos casos disminución en la oferta de agua.

En definitiva, la administración del recurso agua es como administrar una cuenta de banco: si no ingresa por lo menos lo que se gasta entraremos en déficit. Este hecho obligó a los diferentes gobiernos a lo largo de la historia a fijar prioridades que no siempre están acorde a las ideologías o promesas.  Mientras que durante las primeras décadas el 80% del agua potable se destinaba a la agricultura, hoy en día la mayor parte del agua es para uso urbano y aproximadamente solo un 30% del uso de agua potable es para agricultura.

Es claro que el uso del agua pasó de ser una herramienta que permitió hacer «florecer el desierto» a un negocio que busca la sustentabilidad económica y ambiental. Quizás, se pueda afirmar que Israel ofrece soluciones a la falta de agua atraves del uso más eficiente en la agricultura con tecnologías basadas en el riego por goteo, altos porcentajes de reciclaje de aguas marginales y su reúso en agricultura, desalinización y no menos importante el precio está basado en costos reales.

A pesar de la realidad expuesta, debemos tomar conciencia que la agricultura se encuentra hoy día en el foco de la importante discusión que existe en la sociedad israelí acerca de su papel futuro. El sector agrícola deberá dar respuestas a las expectativas de la sociedad que exige por un lado tener en cuenta las necesidades de proteger el ambiente (sustentabilidad ambiental) y por el otro, y no menos importante, asegurar el suministro de alimentos sanos con costos razonables (seguridad alimentaria).

Para comentarios

[email protected]

Compartir
Subscribirse
Notificarme de
guest

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios