No, todavía no. Ciertamente, los resultados de la segunda rueda electoral le asestaron un fuerte golpe. Mas no decisivo. Netanyahu movilizó todos los recursos posibles para obtener la victoria electoral y eludir a los tribunales. Entre ellos: adiciones territoriales en el mapa del país a fin de contentar a grupos que cultivan el teo-nacionalismo; el estridente diálogo personal y televisivo con dos figuras -Trump y Putin- que gravitan en los escenarios del Medio Oriente; el discreto entendimiento con la nueva derecha jefaturada por Shaked y el hostil desprecio a la ciudadanía de origen árabe. Un afiebrado empeño que no le reportó los resultados que esperaba.
En las emergentes circunstancias Liberman se ha transformado en el personaje capaz de componer y coronar a la nueva coalición gubernamental. Pero su fuerza conoce límites. Si Netanyahu inicia las negociaciones sin romper el bloque religioso-fundamentalista, el peso de Liberman será ligero o apenas se conocerá. Y Gantz por su lado deberá quebrar la coalición con Lapid pues esta figura se antoja inaceptable -casi pecaminosa- en la mirada rabínica. Son muy reducidas -en síntesis- las probabilidades de este escenario.
¿Qué puede acontecer entonces? Pienso que un viraje radical dentro del Likud es altamente probable. El fulgor de la figura de Netanyahu tiende a decaer por varias circunstancias. Entre ellas: la obtención de un número menor de asientos en la Knéset en relación a Azul y Blanco; la tibia actitud de Trump al conocer los resultados electorales; la proximidad de un juicio que ahora se torna inescapable; la postura del presidente Rivlin en contra de un costoso tercer round electoral; y, en fin, las aspiraciones personales al liderazgo -hasta hoy frenadas- de algunos personajes en el Likud. En conjunto llevan a una coalición gubernamental que probablemente será jefaturada por Gantz.
Si Netanyahu acepta este escenario, afronta a los jueces y se exime de cualquier pena o pública amonestación, tendrá altas probabilidades de ocupar el asiento presidencial después de quien sucederá a Rivlin. Pero si se empecina en ignorar tanto sus limitaciones como el credo democrático dará impulso a fuerzas hostiles tanto en la región como dentro de Israel.
Luz o sombra: deberá escoger. ■