Cuatro obreros fallecieron al colapsar una grúa en un edificio en construcción en la ciudad de Yavne, en el centro del país.
El hecho tuvo lugar en el boulevard Jabotinsky de la ciudad.
Tres de los trabajadores fallecieron cuando las lozas de hormigón usadas para balancear la grúa se desplomaron y cayeron sobre ellos, desde una altura de decenas de metros.
Los paramédicos declararon su fallecimiento en la escena.
Un cuarto obrero que quedó atrapado arriba sobre la grúa, a decenas de metros de altura, también fue declarado muerto en el lugar.
Otros dos trabajadores sufrieron heridas leves.
El mes pasado, un trabajador murió electrocutado en el mismo sitio en construcción.
La policía inició una investigación sobre el incidente.
Desde el comienzo del año, veinte obreros han muerto en accidentes de trabajo en sitios en construcción, según activistas que protestaban en el lugar.
El pésimo cumplimiento de las normas de seguridad ha convertido los accidentes de trabajo en las obras en construcción un suceso casi diario.
El jueves pasado murieron dos obreros de la construcción, uno en Petah Tikva y otro en Bnei Brak.
En 2017, 35 obreros murieron en accidentes de trabajo, una cifra que ascendió a 38 en 2018, según la organización Línea para los Trabajadores.
El ministro de Trabajo y Bienestar Social, Haim Katz, expresó: “No creo que los accidentes son culpa de la negligencia de los contratistas”. El ministro afirmó que “algunos trabajadores no toman medidas de seguridad; a pesar de la altura”.
El año pasado, una huelga general fue evitada, a último momento, luego que la central sindical Histadrut alcanzara un acuerdo con el Gobierno para mejorar las condiciones de seguridad para los obreros de la construcción.
A pesar de que los accidentes de trabajo son comunes en Israel, la mayoría de los obreros de la construcción son árabes israelíes, palestinos o trabajadores extranjeros y el asunto es raramente el centro de la atención pública.
El Centro de Investigación e Información de la Knéset (Parlamento) encontró que solamente la mitad de las muertes en los sitios en construcción entre 2011 y 2015 fueron investigadas, y más del 50 por ciento de esos casos fueron cerrados debido a faltas de pruebas concluyentes, señala un reporte de la radio estatal Kan.