Bennett carga contra su ex partido “Casa Judía” por los ataques a la comunidad LGBT

Naftalí Bennett Foto: Kneset

Naftali Bennett, que junto a la ex ministra de justicia Ayelet Shaked abandonaron la formación “Casa Judía” y fundaron la “Nueva Derecha” para presentarse a las pasadas elecciones de abril, cargó contra el líder de su ex partido, el rabino Rafi Peretz, por sus críticas hacia la comunidad LGBT de Israel.

“Tú y otros no mostrasteis ningún remordimiento sobre vuestros ataques día y noche a quien son distintos. Como si el orgullo del sionismo religioso fuera hacer la guerra contra la comunidad LGBT”, escribió Bennett en un post de Facebook que despertó la polémica.

“No pretendo inmiscuirme en la halajá (ley judía), ¿pero desde cuando, en nombre de Dios, ésta paso a ser la bandera principal del sionismo religioso?”, prosiguió. Desde la repentina ruptura de Bennett con su ex formación, que cogió a muchos por sorpresa, en el seno del sionismo religioso de Israel se han librado tensas discusiones, ya que la separación en distintos partidos – la coalición Unión de Partidos de Derecha, que incluye a Casa Judía, y la Nueva Derecha- debilitó su representación parlamentaria. Finalmente, Bennett no logró superar el porcentaje mínimo de votos y quedó fuera de la Knesset.

Con su mensaje, Bennett trata de marcar distancias con el actual liderazgo de su ex partido y las posiciones extremistas de ciertos rabinos de dicho espectro, que generaron fuertes polémicas por mensajes abiertamente homófobos y racistas. Declaraciones como las del rabino Yigal Levenstein de la academia premilitar Bnei David en el asentamiento de Eli son un claro ejemplo: afirmó que los homosexuales no son seres “normales” y que las familias del mismo sexo son “una desviación”.

“¿Por qué lleváis esto como si fuera un símbolo de la Casa Judía, es éste el corazón del sionismo religioso? Ataques e insultos a quienes son diferentes”, se preguntó. Y prosiguió: “yo y muchos de mis amigos crecimos en Bnei Akiva (movimiento juvenil). La kipá srugá (típica del sionismo religioso) y la fada fueron símbolos de voluntariado, de asentamiento en la tierra de Israel, de Torá, de servicio en el ejército, un mensaje de luz”.

Según Bennett, estos siguen siendo los símbolos de muchos jóvenes de éste espectro de la sociedad israelí. “Pero representantes políticos actuales proyectan una imagen opuesta por completo: arrogante y enfadada, que cree que tiene la verdad absoluta”, continuó. Para el líder de la “Nueva Derecha”, no es una actitud justa hacia “esa buena gente”. Y terminó: “¡que profanación de Dios! No es la Casa Judía en la que soñé, y por eso cada vez más gente se desconecta de ellos”.

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