Agitación en el Levante

29 octubre, 2019 , , , , ,
Protestas en Bagdad Foto: REUTERS/Thaier Al-Sudani

Tras el fracaso del primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, para formar el nuevo gobierno;  el líder del partido Azul y Blanco (Kajol Laván), Benny Gantz, cuenta  ahora para cumplir esa tarea con 28 días, cuya cuenta regresiva comenzó el 23 de octubre pasado. Si Gantz no lo logra, el presidente Reuvén Rivlin podría otorgarles 21 días a los diputados de la Knéset (Parlamento) para que cualquiera de ellos intente conseguir el apoyo de una mayoría de al menos 61 legisladores y pueda así convertirse en primer ministro.

Algunos analistas creen que en esos 21 días críticos los diputados no escatimarán esfuerzos para encontrar una solución; porque si esto no sucede, la Knéset se disolverá y en un plazo de tres meses, los ciudadanos volverán a las urnas, tras haberlo hecho en abril y septiembre pasado.

Los diputados, vaticinan los comentaristas, no querrán seguramente enfrentarse al malhumor –por así decirlo- de la población que será sometida no solamente al stress emocional de elegir por tercera vez a sus representantes, sino que también es consciente del enorme despilfarro del presupuesto público y la relativa paralización que supone la extensión de un gobierno provisional inhabilitado para tomar decisiones sustanciales.  Por lo tanto, se espera que los legisladores intenten armar a toda costa el nuevo gabinete.

Mientras tanto, en el Líbano e Irak, las masivas manifestaciones antigubernamentales parecen perturbar el dominio de Irán a través de sus representantes -Hezbollah y las milicias chiís- sobre estos dos estados fracasados.  Una recuperación real de esos países implicaría entre otras cosas, el desmantelamiento de esas estructuras paramilitares que trabajan fundamentalmente en defensa de los intereses de Teherán.

Últimamente, una de las mayores preocupaciones de Israel con respecto a la retirada estadounidense del noreste de Siria se refiere al esfuerzo de la República Islámica de establecer un corredor terrestre a través de Irak, Siria y Líbano hacia el Mar Mediterráneo y los Altos del Golán.

En este sentido, la decisión de Washington de reforzar  las tropas norteamericanas en el este de Siria con vehículos blindados para impedir que los jihadistas del Estado Islámico arrebaten algunos campos de petróleo, podría estar actuando en realidad como freno para los planes geopolíticos de Irán. Aunque, a raíz de los zigzags de la Administración Trump y los dramáticos cambios en el terreno tal vez sea difícil estar seguro de ello.

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